jueves, 24 de mayo de 2012

100% TRIATLÓN

Era una fría mañana del mes de marzo del año 2003, en aquel aula del INEF de Madrid nos hallábamos 5 ó 6 alumnos que nos habíamos matriculado en el Practicum de Triatlón. Frente a nosotros, el profesor, un tal Alberto García (supongo que muchos sabréis a qué me refiero) nos explicaba con su sencillez habitual en qué iban a consistir nuestras prácticas y entre otras cosas me llamó la atención que dijo que algún día tendríamos que acompañar en coche al grupo de triatletas que en aquél entonces estaban en la Residencia Blume de Madrid en algunas de sus salidas. Yo en esa época corría en un buen equipo de ciclismo amateur y levanté la mano:

            -J.A. “¿Y no se puede acompañarles también con la bici?
-A.G. “Hombre, es que estamos hablando de los mejores triatletas de España. Que hacen muchos kilómetros y van muy deprisa
            -J.A. “Ya pero yo compito en ciclismo y creo que puedo ir con ellos
            -A.G. “De acuerdo, inténtalo

Un par de semanas más tarde me presenté con mi bici en la puerta de la Blume y por allí salió un montón de gente de los cuales ningunos ni tan siquiera me sonaba, no me acuerdo de todos, pero estábamos hablando entre otros de Fernando Cabellos, Jose Manuel Tovar, Zuriñe Rodríguez, Ana Burgos, Alejandro Santamaría, Javi García, Marina Damlaimcourt, etc. Juntos hicimos en un día bastante infernal en lo que a meteorología y pinchazos se refiere, una ruta divertida subiendo por la carretera de Castilla, Pozuelo, Majadahonda, Torrelodones, Hoyo de Manzanares, Colmenar Viejo y vuelta a Madrid por el carril bici de la carretera de Colmenar, a lo que yo tuve que sumar los 20km de ida que hice de mi casa a la Blume y los 20km de vuelta.

En las aproximadamente tres horas que duró el entrenamiento con ellos no paré de fijarme en detalles y de hacerme preguntas internamente: “¿por qué llevan esas zapatillas tan raras con un solo velcro y una cintita detrás?, ¿por qué todos llevan acoples?, ¿por qué no son capaces de ir a la “marcheta” y van siempre pegando tirones?, ¿por qué la mitad de ellos llevan el dorsal pegado en la tija o en el casco?, ¿por qué se pican en cada repecho?...” esas y muchas más cosas se me pasaban por la cabeza aquel día, una cabeza con mentalidad 100% ciclista.

Por otro lado, también hubo dos cosas que me llamaron enormemente la atención, lo primero era que todos ellos andaban bastante mejor de lo que yo esperaba y lo segundo que me sorprendía mucho que pudiera motivarles hacer un deporte “a medias”, o mejor dicho “a terceras”. Es decir, para mí en aquel entonces un triatleta era medio ciclista, medio atleta, medio nadador, pero todo a medias… Como si no fuese capaz de hacer realmente bien ningún deporte mientras que yo me veía a mí, ciclista al 100%, incapaz de dar una zancada más larga que otra para que no se me cargasen las piernas y creía que aquello sí que era hacer verdaderamente un deporte.

Pues sí, no vamos a engañarnos, aquel fue mi primer contacto con el Triatlón y aquellas mis primeras impresiones.

Han pasado casi 10 años desde aquel día y tras unos años más de ciclista, una posterior y ligera reconversión a atleta popular hoy, caprichos del destino, me siento 100% Triatleta.

Hoy en día hablar de Triatlón no es como hablar de fútbol, pero sí como hablar de Fórmula 1, o de motociclismo, o de baloncesto… es un deporte que se ha hecho bastante conocido y popular. Prácticamente en todas las casas, en todos los trabajos, en todos los grupos de amigos hay alguien que o bien practica Triatlón, o bien conoce a alguien que lo hace. Estamos ante un deporte en auge en el que a la gente no le vale solo con correr la San Silvestre una vez al año, o subir a los Lagos de Covadonga en bici con los colegas en verano… no, todo eso ya no vale, todo eso es poco, ahora es eso lo que se queda “a medias” y lo que a la gente le gusta es hacer un Triatlón, corto, largo, muy largo, duro, muy duro, pero un Triatlón, 100% Triatlón.

Actualmente, los Triatletas de Élite no hacen nada a medias, sino que hacen tres cosas completas, las tres cosas al 100%. Así, nos encontramos con un Mario Mola capaz de correr tranquilamente 10km en 29’ o un Javi Gómez Noya ganador de varios títulos gallegos de natación y que llegó  a ser 11º en un Memorial Valenciaga (la mejor carrera de ciclismo amateur del panorama nacional y en la que curiosamente yo también quedé 11º en el año 2002, pero claro, yo no me caí antes de empezar el puerto decisivo como le pasó a Javi y yo ni nadaba ni corría a pie, yo no era Javi…)

Pero no solo los Élite hacen 100% Triatlón, para mí 100% Triatlón es también lo que hace aquel que se levanta antes del amanecer y lleno de artilugios para medir zancadas, frecuencia cardiaca, altitud, etc. sale a correr para luego ponerse el traje e ir corriendo a la oficina mientras miran en el reloj los datos del entreno, aquel que al mediodía en vez de gastar la hora de la comida en lo que su propio nombre indica, comer, se mete en el agua a hacer 1000, 2000, los metros que le dé tiempo antes de que comience la clase de spinning, aquel que el fin de semana se pega el madrugón para sacar 100km en bici y llegar a tomar el aperitivo con su familia, aquel que mira con la ilusión de un niño pequeño esa prueba que tiene unos meses más tarde y mima y cuida con detalles todo lo que puede su preparación para llegar y dar el máximo en esa cita, dar “su máximo” y eso es lo bonito de este deporte, ver como todos los que lo practicamos damos “nuestro máximo”, sea cual sea el puesto, sea cual sea el tiempo que hagamos, los Triatletas siempre damos el máximo, hacemos 100% Triatlón.

Diez años después de aquella fría y lluviosa mañana de marzo ya entiendo casi todo, ya entiendo que un velcro se abrocha más rápido que un cierre normal y que cada segundo cuenta, ya entiendo la necesidad de llevar acoples, ya entiendo que aquellos triatletas anduviesen como andaban aunque sigo sin entender porqué o eran capaces de rodar a ritmo, por qué se picaban en cada repecho y por qué llevaban puesto el dorsal… 100% Triatlón.


José Almagro
Revista ‘triatlón’ nº 8, Mayo-Junio 2012

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